Los anacardos son muy ricos en vitaminas del grupo B, nutrientes necesarios para nuestro corazón, para el cerebro y los músculos, así como para ayudarnos a asimilar los hidratos de carbono.
Es un fruto seco sumamente rico en ácidos grasos insaturados, entre los que especialmente destacan el linoleico y el oleico, haciéndolo ideal para cuidar tanto nuestra piel como nuestro sistema nervioso.
Se trata de un fruto seco capaz de bajar el colesterol alto (sobre todo el el colesterol malo, LDL) y aumentar los niveles de colesterol bueno (HDL). Por ello cuida y proteje nuestro corazón.
Tiene una cantidad alta de magnesio, que es muy importante para la fomación ósea, la contracción muscular y la transmisión nerviosa.
Son muy recomendables de consumir en los meses de otoño e invierno ya que ayudan a reforzar el sistema inmunitario aumentando las defensas.
Al estar crudo posee las propiedades intactas.